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30 de enero de 2014

Para que las palabras no basten es preciso una muerte en el corazón

Llegará un día
Que la periferia de tu cuerpo
Estallará
Y tendrás intolerancia al frío

En la fotografía Alejandra Pizarnik
Escribirás
La poesía es un cadáver hermoso
Se ha vuelto delgada
Como la mano del abuelo
Y temblarás su cáncer
Pero no lo salvarás

Escribirás
Mis costillas no protegen ya mi miedo
Mi corazón y mi miedo eran lo mismo
Ahora mi corazón es el rasguño de un gato
Mi miedo estas palabras
Que no desaparecen


La frase que da título a la entrada pertenece a Alejandra Pizarnik.

22 de enero de 2014

Lost in woods

Bastiank - Lost in woods


Aprendo un camino para tu pestaña: luz
abierta que no se desboca.
Acudo
a la razón: todo niega
la posibilidad de ser de nuevo
carne en la conjunción de tu memoria.
Barro el dolor, porque busco en mi ventana
la nota
que produzca silencio prometido: escribo
sobre un amor, que no llega;
pero no me despeino
en la nostalgia, porque
la fuente me deja su ruido,
promesa de una necesidad
que se intuye. Contra el dolor
yo tengo mi palabra: firme promesa
de resistir.

Paloma Palao

15 de enero de 2014

Donde la verdad estalla

Silvia Grav
El remordimiento
¿Causa o consecuencia de la pérdida?
¿Y el recuerdo?

Perder
Qué es
Qué significa
Quién tiene permiso

Para evocar
Todo lo perdido

                 Es la ausencia
                               Herida abierta
Donde la verdad estalla

14 de enero de 2014

Todas las enfermedades que Raquel Boucher y María Mercromina dicen tener

Raquel Boucher



Manual de primeros auxilios:
1. Des/cubrir la enfermedad


o a María y Raquel en

"¿Qué ocurre si el cuerpo duele y no protege, sino que sobra?" 
Elena Medel 





El primer viaje a Madrid







La vida es este secuestro
Interludio del que se recuerdan 
Apenas cuatro cosas

13 de enero de 2014

Ceremonia 1




"¿Cómo contarte eso que me resbala, a veces, de los ojos?
Ven, acércate, tengo el cuchillo".

Manuel Serrat Crespo - El caníbal



12 de enero de 2014

A Vanesa

 
David Szauder - Empty Kingdom - Art Blog
David Szauder
 
 
 
 
 
 
 
               Ábreme por el ombligo
               Ábreme por esta hambre
 
               ¿Qué ves?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Se te ha olvidado llenarlo de hijos – respondí
Pero parece un lugar cálido
Tus ojos también se han ido
 
Me contestó, tienes razón
¿Recuerdas cuando éramos telepáticas?
¿Cuándo jugábamos a ser brujas?
¿La noche que murió mi hermano?
 
Tu madre no quiso prestarle el dinero para la papelina
Tú a su lado con la mitad del cuerpo en el rellano
La otra mitad forcejeando desde dentro de la casa
 
Querías venir con nosotros
Lo noté por como temblabas
 
Nos parecíamos tanto allí
Enfrentadas
Con la  mirada fija en los zapatos
¿Cuántos años teníamos?
 
No lo sé – dije – pero éramos mayores
En ese momento, en fin, después de la muerte de tu hermano
Nos hicimos mayores
 
Tienes razón
Ahora ven, ciérrame
Ciérrame el hambre con tus manos
Ciérrame los ojos
No se han ido, ¿ves?
Yo tampoco

Estudios (III) Transferencias


David Szauder
Sucede que a veces la enfermedad se contagia y deliras la fiebre del otro pensando que son tuyos su pecho, su sexo, saliva, su dolor indomable. Aspiras su muerte como tu muerte misma y no te cansa. 

No te canses de mi muerte nunca. Por favor, te ruego, no te canses de mi afinidad oscura, no te canses de mi sed, de mis divisiones, ni del delirio de mis ojos cuando las tardes sangran y necesito sentarme a decir y no te miro porque mirarte es que veas en mis ojos sangrar las tardes. No te canses de mi intermitencia. Ni de la repugnancia que siento por la hipocresía. No te canses de mi aliento, de mi boca haciendo aguas al lamerte, de la ansiedad que a veces me aplasta el esófago y no me deja hablar, ni exigir, ni llorar. No te canses de mi yo maligno porque se está curando. Se disipa gracias a ti amor mío. Gracias al veneno de tu lengua. No te canses porque he diseñado un plan perfecto para estas mareas negras que estallan por dentro y no dejan que a veces pueda decirte cuanto te necesito, lo mucho que siento ofenderte. Estoy en las fotos que no te muestro por vergüenza, en las que aparezco desnutrida, enfadada con porque el sol no calienta mis costados. Estoy en el amor que siento por las tumbas y las cruces y por la maleza salvaje que trepa por ellas y las destruye. Yo trepo las palabras de los otros cuando las mías propias me hacen caer o me obligan a huir. 

Mi enfermedad es una herencia que asumo humilde. 

Ahora me doy cuenta. Ahora ya no lucho contra ella. No lo hagas contra mí. No te canses de mi muerte amor mío. Aprendo poco a poco de la niebla que desciende y se cierra sobre sí misma. No te canses de mis succiones, de lo vital de mi pérdida. No te canses de mi tumor maligno. De mi recuerdo. De mi amor. Mía entera. No te canses. Te enseñaré como no malherirnos si tú quieres. Sin que enfermes y te pudras como a veces yo lo hago. 


9 de enero de 2014

=



Otra forma de explicar el aislamiento
Es decir, el ruido del tráfico
Subraya la tierra

O, hay grietas en mí
Que forman el asfalto
De esta ciudad

Es decir, un cuerpo incisión
Un cuerpo distancia
Un cuerpo evocado por un verano 
Que fue y que no es este
Es un cuerpo reminiscente
De espasmos